martes, 3 de marzo de 2015

Nuevos Horizontes

Cuando Ray y yo tomamos la decisión de venir a España mi familia en particular no lo asimiló muy bien, no podían entender porque nos íbamos y no por egoísmo ni mucho menos, sino que es muy complicado de zopetón procesar lo que significará no estar a la vuelta de la esquina y a veces debe pasar el tiempo para comprender las razones por las cuales se toma este tipo de decisión, con esto no quiero decir que para nosotros fuera fácil...es verdad que suena muy atractiva y cegadora la idea de irse a un país desarrollado a trabajar, a sentar bases y a formar una familia, pero de ahí a hacerlo realidad hay un gran trecho, son muchas las noches en vela pensando y preguntando si será o no la decisión indicada, y es evidente que eso no lo sabe nadie, pero hay que arriesgarse y nosotros lo hicimos.

Nos fuimos del país en el año 2.008 aún no había estallado el "boom" de la migración de jóvenes y sobretodo profesionales a países como España, USA, Colombia, Panamá, entre otros. Vinimos ambos con trabajo cosa muy importante para tener estabilidad económica ya que muchos piensan que por el simple hecho de vivir y trabajar en Europa ya somos millonarios, pues les digo que no, se trata de trabajar y poder disfrutar de beneficios y oportunidades que lastimosamente no conseguimos en nuestro país natal y creo que la mayoría de la gente que como nosotros sale de su país (y esta vez hablo en general, no solo por Venezuela) es buscando nuevos horizontes ya sea con trabajo o sin el.

Maria Alejandra Alvarado me comentó en una de esas excelentes y añoradas reuniones que hacíamos en su casa que la experiencia de una amiga había sido muy mala en Barcelona y que si estábamos seguros de tomar la decisión, mi respuesta fue que si lo estábamos, que evidentemente teníamos miedo (normal) y que pasado el tiempo le hablaría sobre nuestra experiencia y cada vez que tenemos oportunidad en nuestras visitas a Venezuela sale el tema, por ejemplo nuestros primeros vecinos una pareja de señores mayores que nos pasaban almendras garrapiñadas caseras o nos prestaban la escalera para resolver cualquier problema en el apartamento eran unas bellísimas personas, nosotros le dábamos arepas o dulce de plátano lo cual servía de intercambio cultural, la señora me enseñó a decir "Si Déu vol" ya que como había aprendido a decir "Fins demà" (hasta mañana) ella lo completó con un "si Dios quiere", cuando Ray salió embarazada se puso muy feliz y triste a la vez porque no conocería al bebé ya que nos mudaríamos, volvimos pasados unos meses luego que Alexander nació pero no tuvimos suerte.

En el trabajo hemos conocido a unas magníficas y geniales personas que nos abrieron las puertas de sus casas, que nos han hecho sentir parte de su entorno desde el primer momento, Toni (QEPD) junto con Vane me invitaban a desayunar todas las mañanas, se hizo costumbre, de hecho me llamó la atención que para beber pidiera una cerveza, cosa que al día siguiente hice sin lugar a duda y con la que echaba vaina con mis primos en Venezuela...¿sabéis qué desayuné hoy? Un pan con chistorra y una cerveza.....osssssss... era la respuesta.

Con el resto de venezolanos que también llegaron igual que nosotros a trabajar a través de Capgemini formamos una familia que poco a poco ha ido creciendo y fortaleciendo con el paso de los años. Ellos están para los momentos buenos y los no tan buenos, con ellos hacemos parrillas y cenas de fin de año,  nos cuidan a los niños y siempre podemos contar con ellos, son ese pedacito de la tierra que tanto amamos y extrañamos.

Nos mudamos antes de nacer Alex y tuvimos la suerte de contar con un casero increíble, una gran y honesta persona, con unos vecinos bárbaros como María, Amelia y Josep. Como soy noctámbulo una noche de esas tantas estaba viendo tv y la vecina por el patio interno nos tocó la puerta, salté como un resorte del sofá, ella que estaba muy nerviosa y llorando me dice que la casa se le estaba inundando, como pude me metí debajo del lavaplatos y le arreglé el bote de agua, eso sí, quedé emparama'o, la pobre mujer que vivía sola estaba super agradecida y apenada.

Hoy que mi primo José Luis emprende una aventura similar, que va a un país con una cultura totalmente opuesta a la nuestra, un país al otro lado del charco donde el comienzo será duro quiero decirle que nosotros hacemos la diferencia, buscar integrarse es la mejor manera de romper el hielo por la que los alemanes son tan conocidos, ser uno mismo, disfrutar, conocer, viajar y compartir tus experiencias con tu familia que a pesar de la distancia estarán a solo una llamada telefónica.

Evidentemente que no solo experiencias buenas hemos vivido, también hemos pasado nuestras no tan buenas, coincidiendo con personas o situaciones que no merece la pena mencionar, no todo será color de rosa por el simple hecho de vivir en Alemania y las comparaciones siempre existirán, como cuando piropeas a una "coña" y ésta ni malos ojos te echa...así!

Te vas a encontrar con personas agradables y las que no lo sean manejalas con paciencia,  se que no es una de tus virtudes pero debes aprender a cultivarla. Habrán situaciones que te sobrepasen empezando en Maiquetia cuando pases el torniquete y te encuentres caminando de arriba para abajo en la zona de embarque, recibiendo llamadas de todos, llorando y volviendo a llorar, pero como todo en la vida es aprendizaje debes sacar lo mejor de ellas. Son tantas cosas nuevas que te tocará vivir de hoy en adelante que es imposible pensarlas, así que buen viaje y todo el éxito del mundo primo....te queremos!

Mi nombre es Kassem y soy Zuliano.

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