sábado, 4 de abril de 2020

El niño bisiesto

Corría la semana 38 de gestación y todos en la familia esperábamos con ansia la llegada del primogénito de los Pirela Patiño. Un par de semanas antes nos reunimos para celebrar el "baby shower", una fiesta de origen norteamericano que antes era organizada y a la que asistían solo mujeres, pero dado los cambios que atraviesa la sociedad actual, se ha hecho mucho más abierta y participan tanto hombres como mujeres. Lo cierto es que a pesar de tener fecha para la segunda semana de marzo, Andrés se adelantó. 

Era la madrugada del 29 de febrero de 2020 y estaba entre dormido y despierto cuando sentí que Amelia se levantó de la cama y el resplandor de la luz del baño me dio en la cara y me terminó de despertar. Desde que supimos que estábamos embarazados, desde ese día dormía con un ojo cerrado y el otro entre abierto, por lo que cada movimiento de Amelia generaba sobresalto, habíamos tenido varias pérdidas y con Andrés hemos llegado muy lejos, y aunque el ginecólogo nos transmite siempre mucha tranquilidad, el miedo siempre rondará y hará estragos en la mente de los que hemos sufrido la misma experiencia.

-¡Álvaro rompí fuente! gritó Amelia desde el baño, salté de la cama como si tuviera un resorte y me vestí raudo y veloz. Teníamos todo a la mano a pesar que aún quedaban algunos días para la fecha de parto, pero todos nos decían lo mismo...<<las primerizas siempre se adelantan>>.

Cuando entré al baño Amelia estaba en "shock" viendo el líquido que emanaba de su interior y le dije -Amor, Amor, ven, deja eso que ya lo limpio y ve al cuarto para que te cambies. Caminó hacia a mi con cuidado pero sin dejar de ver el suelo, como si en el se encontrara el inicio de lo que por años había añorado.

El parto duró unas pocas horas y estuve con ella durante todo el proceso, Amelia me tomaba de la mano y la apretaba fuerte cada vez que venía una contracción, eso era suficiente para saber que el niño estaba por nacer. La matrona llegó y le dijo a Amelia,     -No estás dilatando mucho, pero es alta la frecuencia de las contracciones, vamos a tener que llamar al médico. El médico llegó relativamente rápido y se encargó de traer al mundo a nuestro niño...-Es un varón, nacido a las 06 horas 06 minutos del 29 de febrero de 2020, con nombre...¿papá? y respondí sin pensar-Andrés Patiño...mi apellido aún no aparecerá hasta que lo presente formalmente en el registro, entonces será Andrés Pirela Patiño.

Entre todas las emociones no nos habíamos percatado que era año bisiesto y que Andrés había nacido el 29 de febrero...-Con lo cual celebrará cada 4 años su cumpleaños...dijo en broma una de las personas que llenaba la habitación del hospital.

Pasaba el tiempo y Andrés no crecía como el resto de los niños, no evolucionaba igual a los niños de su edad, le hicieron miles de exámenes, pero nada era relevante ni concluyente. Álvaro y Amelia no salían de una consulta médica, recorrieron todo el país en busca de una solución, un diagnóstico que ayude a Andrés a ser un niño como los demás. Sentados en la sala de espera de una clínica en Barcelona, ambos leían una de esas revistas del corazón que tienen más de dos años, en verdad ninguno las estaba leyendo, solo pasaban las páginas hasta que Álvaro se detuvo y dice -Amelia, siempre pienso en la frase de aquella persona que estaba en tu habitación cuando diste a luz a Andrés. -¿A qué frase te refieres? y ¿de quién estás hablando? -Una persona que la verdad no se quién es, pero escuché claramente cuando dijo que Andrés al haber nacido un 29 de febrero solo cumpliría años cada 4 años. Es como si se hubiese hecho realidad su comentario y nuestro hijo estuviese condenado a vivir y a crecer con esa maldición -O bendición, completó Amelia. Ambos callaron y continuaron hojeando las revistas. Salieron del hospital igual que durante los últimos 3 años, sin respuesta y sin esperanza.

Pasaron los primeros 4 años, Andrés aún era un bebé que apenas empezaba a caminar, mientras que los niños contemporáneos a él ya jugaban y corrían en el colegio. Alguien de la familia de Álvaro le aconsejó que llevara a Andrés a ver a una señora que tenía "ciertos poderes", y que no perdían nada y quizás podría ayudar al niño. Álvaro ni se lo comentó a Amelia y descartó completamente la posibilidad de llevar a su hijo y esposa a casa de una bruja. Pero pasaba el tiempo y ambos estaban desesperados ante la poca información que daban los médicos y especialistas de crecimiento, fue el momento en el que Álvaro convenció a Amelia que era la hora de buscar alternativas y habló con ella de la existencia de esta persona, ninguno creía en las prácticas esotéricas, de hecho ambos eran agnósticos por lo que cualquier tema relacionado con divino o espiritual para ellos era un absurdo y no compartían, pero era tal su desesperación que se dijeron <<no creo que la situación pueda empeorar más>>, por lo que decidieron ir a visitar a la señora.

Hablaron con el tío de Álvaro que fue la persona que sugirió lo de la señora, cuando se lo propusieron no dudó ni un segundo en concertar la cita y llevarlos, por lo que acordaron que el próximo martes los pasaría buscando por la mañana. Así hicieron, Samuel se apareció el martes y fueron los 4 al sitio. Samuel es un hombre ya mayor, viudo con dos hijos. Alto y con poco pelo, es de los que para ir a la panadería se viste con pantalón, camisa manga larga y zapatos de vestir negros relucientes. Sus dos hijos ya mayores viven en el exterior, ambos en países del medio oriente trabajando para empresas petroleras y ganando muchísimo dinero. 

Los 4 iban muy nerviosos y Samuel quiso bajar la tensión con música, así que buscó un CD de los éxitos de José José que siempre lleva en la guantera. Pero el corazón de Amelia latía a mil por hora y tal como el día que nació Andrés le agarraba la mano a Álvaro muy fuerte. Samuel les decía que Camila era una gran persona, muy espiritual, y que estaba seguro que los ayudarían a encontrar una solución al problema que estaban atravesando, pero Amelia lo interrumpió y le dijo -Samuel no estoy segura de esto, -Te entiendo Amelia, hagamos una cosa, no perderán nada con escucharla, si no te convence te irás a casa y listo. Las palabras de Samuel no calmaron la ansiedad y nerviosismo que embargaban a Amelia quien inspiró profundamente y al exhalarlo asintió, miró a Álvaro y le apretó mucho más fuerte la mano. 

Por fin llegaron a la casa de Camila, Samuel no se podía quedar, así que los recogería en un par de horas. Álvaro se bajó primero, le abrió la puerta a Amelia quien llevaba en brazos a Andrés, la ayudó a salir y ambos se pararon frente a la casa y observaron su aspecto lúgubre a pesar que era media mañana y hacía un sol espléndido.

Los tres caminaron hasta la puerta y antes de hacer nada se miraron, en ese instante se abrió y un señor nos dijo -Pasen adelante, Camila los está esperando. Al entrar un olor a incienso suave impregnaba el ambiente, muchas imágenes de santos y velas frente a ellas. Amelia miraba todo a su alrededor, estaba muy inquieta y nerviosa. Llegaron a un pequeño salón y el señor los invitó a sentarse en unas sillas de mimbre blanco y un celeste que antes era azul, pero que el sol y el tiempo había desgastado. En el salón una puerta la cual el señor abrió y entró, pasaron unos 3 minutos cuando el señor se asomó y les dijo que podían pasar.

Al atravesar la puerta Amelia sintió la paz que tenía años sin sentir, -Toma asiento cariño, le dijo Camila a Amelia. Álvaro se quedó parado justo al lado de la puerta, pero el señor extendió el brazo señalando la silla al lado de Amelia invitándolo a sentar. Ambos estaban sentados frente a Camila quien le tomó las manos a Amelia y empezó a pestañar varias veces, Carlos, el señor le preguntó -¿Estás bien Camila? Álvaro pensó de inmediato que todo era una farsa y estaba a punto de levantarse y llevarse a su esposa e hijo de ahí cuando de repente Camila se puso de pie y se acercó al niño, le puso las manos en la cabeza de Andrés y con voz grave dijo -A través de ti brillará la luz perpetua, eres el elegido; mujeres, hombres y todo ser vivo sobre la tierra te seguirá y los guiarás a su salvación. Cuando Camila terminó de hablar se desvaneció en los brazos de Carlos quien estaba muy atento. Álvaro sacó del cuarto a Amelia y al niño y mientras caminaban hacia la puerta de salida de la casa, Carlos les gritó -¡Esperen! Camila necesita decirles algo. Les suplico que se queden y vuelvan a la habitación. Álvaro miró a Amelia esperando su decisión y fue en ese preciso instante que Andrés pronunció su primera palabra "Camila", ambos quedaron atónitos y no les quedó más remedio que regresar al cuarto.

-Muchas gracias, dijo Camila cuando entraron de nuevo a la habitación. -Disculpen lo sucedido , es que fue una energía muy fuerte y no tuve tiempo de canalizarla. Nunca antes había tenido una experiencia de éste estilo. -Pero, ¿qué fue lo que sucedió?, replicó Amelia. -Yo sirvo de puente entre una dimensión y la nuestra, desde pequeña empecé a sufrir episodios parecidos a convulsiones y que al crecer se hicieron más fuertes. Las energías fluyen, algunas veces son buenas y en ocasiones me han provocado lesiones, por eso no atiendo a cualquier persona.

-¿Qué significa lo que dijo cuando estaba en trance? preguntó Amelia. Carlos se le acercó a Camila y le susurró algo al oído, -Yo no recuerdo nada de lo que digo o hago cuando estoy en trance, es por ello que Carlos me lo acaba de decir. Las palabras son de esperanza, pero deben llevar por el buen camino al niño, porque todo ser tiene bondad y maldad en su corazón. -Pero si no crece, tiene 4 años y parece aún un bebé, le dijo Álvaro mirándola fijamente. -Sí, es algo que deberán aprender a usar para el bien del niño Andrés Pirela Patiño, nacido un 29 de febrero. Su nombre y apellidos contienen 6 letras cada uno, Amelia pensó <<666, debe ser una broma de mal gusto>>, -Su cuerpo vivirá muchos años ya que crecerá por año bisiesto y le permitirá completar la misión que se le ha encomendado. -Quieres decir que mi hijo es...¿el anticristo?, le preguntó Amelia muy nerviosa. -Tu hijo será lo que él quiera ser, dependerá de ustedes, de la educación y valores que le inculquen. Lo que sí es cierto es que está predestinado a hacer cosas grandes, ya sea para bien o para mal.

Amelia y Álvaro salieron del cuarto y de la casa muy pensativos, no podían creer lo que Camila les había dicho. Álvaro abrazó a Amelia y a su hijo muy fuerte en el portal de la casa, cuando de repente un auto se estacionó frente a ella y se bajaron dos hombres con pasamontañas y armas de fuego apuntando a Amelia y a Álvaro. -Dennos al niño y no les haremos daño, gritó uno de los hombres. Amelia estaba paralizada y Álvaro no dejaba de abrazarlos. El otro hombre se les acercó y les dijo -Por su bien, dennos al niño, nosotros cuidaremos de él y haremos que cumpla su misión. Álvaro le quitó el niño a Amelia y se lo entregó al hombre, quien lo tomó en brazos y les dijo -Han tomado la mejor decisión, y se dirigió al auto. Cuando entró miró al hombre que los apuntaba y cerró los ojos mientras cerraba la puerta. Se oyeron disparos y cuando entró el hombre el auto desapareció dejando una polvareda detrás de él.

Carlos y Camila al escuchar el sonido salieron y encontraron los cuerpos de Álvaro y Amelia tirados en el portal, ambos con disparos en la frente, -Que Dios nos ampare, dijo Camila, soltando una lágrima sobre Amelia.

Una hora después abordaban un jet privado dos hombres y un niño con rumbo a un país de Oriente Medio.

Continuará...

Mi nombre es Kassem y Soy Zuliano.