domingo, 20 de noviembre de 2016

Creer o no creer

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en la tentación y libranos del mal, amén.

-Papá que significa libranos del mal, pregunta el hijo mayor a su padre, -En esa frase le pedimos a Dios que nos cuide y proteja de todo lo malo que nos pueda suceder, -Eso quiere decir que quien no reza Dios no lo proteje, ¿Y si Mamá rezaba porque Dios no la curó entonces? No supe que responder, se me hizo un nudo en la garganta, mi corazón latía deprisa y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Cómo le explicas a tu hijo de 6 años que acaba de perder a su madre por una enfermedad, que rece para pedir a Dios que lo cuide y proteja si en teoría eso mismo que el pide y que pidió su madre no le sirvió para nada.

Cómo se lo explicas al de 4 años, cuando noche tras noche era ella quien les enseñaba a rezar el padre nuestro y ahora no está porque se fue al cielo con Dios, al mismo Dios que le piden con toda su inocencia que los cuide y proteja. Digo inocencia porque aún no saben ni entienden lo que significa la palabra "fe".

Trago grueso y miro al techo intentando que las lágrimas no salgan y mis ojos se las traguen, debo mostrar fortaleza ante ellos. -Hijo, Dios no tiene la culpa que Mamá haya enfermado, son cosas de la vida que no podemos explicar y que cuando sean grandes entenderán.    -¿Papá entonces cuando seamos papás lo entenderemos? -Ajá, ahora a dormir que ya es tarde. -Papá, extraño a Mamá -Y yo hijo, Dios te bendiga! Salí del cuarto y rompí a llorar.

Les acabo de decir a mis hijos lo mismo que me decían a mi cuando era pequeño, que cuando creciera lo entendería, que son cosas de la vida, en fin, una retahíla de frases que deben tener más años que Matusalén, pero que no han perdido vigencia y que siguen siendo la mejor forma de escapar momentáneamente de la situación que acabo de vivir.

Es duro ver como tu compañera de vida, la madre de tus hijos se consume poco a poco ante una enfermedad nefasta que causa tales estragos en el cuerpo, que solo la fe y la esperanza son tus compañeros más fieles para no perder la fuerza, si a eso le sumas la mirada y los abrazos de esos loquitos pequeños cualquier cosa por peor que fuere no debería tener ningún chance de ganar, pero la realidad es otra.

Creemos en algo porque así a muchos de nosotros nos criaron, no se trata de ser Católico, Judío,  Evangélico o Musulmán, todos sus fieles creen en Dios, en un único Dios que lo puede todo y que es capaz de hacer crecer una flor en el desierto o que una mujer de 90 años pueda dar a luz. Tener fe no es malo, tener fe y creer en algo superior que vela por nosotros nos da seguridad para hacer cosas, saber que alguien está ahí, aunque no lo veamos, que hablemos con el a pesar que no nos puede responder, eso es fe.

Eso no lo entenderán esos niños hasta que no sean mayores, y cuando digo que lo entiendan no me refiero a que lo acepten y crean en Dios y se hagan fieles de una religión, me refiero a que pueden ser ateos o agnósticos, y si ese fuese el caso su actitud no sería en lo absoluto reprochable ni mucho menos. Su decisión estará basada en una serie de hechos que nadie puede refutar, que nadie puede negar porque ahí están, no se puede borrar de sus mentes por muy niños que sean, y se preguntarán por qué mi Mamá, por qué si era la mejor madre de todas, si era buena y no le hacía daño a nadie. Me llevaba al colegio, me preparaba mi comida favorita, me daba muchos besitos y me acurrucaba cuando me daba miedo por la noche. Esas preguntas los acompañarán por siempre y nadie tendrá derecho a cuestionar su creencia, o en este caso su no creencia.

Los que hemos decidido aferrarnos a la existencia de Dios como único referente de apoyo ante situaciones poco favorables, mostrando gratitud ante momentos de felicidad, tampoco se nos puede reprochar ni cuestionar nada. Si lo hemos decidido es porque así lo queremos, nadie nos lo impone, somos lo suficientemente racionales como para saber que a pesar que lo más probable es que no haya nada, nuestra fe hace que sigamos creyendo que sí lo hay.

La gente en el mundo ha cambiado mucho, cada vez hay menos personas que creen en Dios, no se trata de rendir pleitesía o matar en su nombre, se trata de llevar a Dios adentro, de hacer el bien no esperando retribución ni nada a cambio, de mirar a la persona que está  a nuestro lado sin envidia o asco, no se trata de darnos golpes de pecho o rezar 5 veces al día y no soportar a nuestra propia familia, debemos crecer como personas.

La vida no es justa en muchos casos y éste en particular es la narración del caso de una amiga de la infancia de Ray que vio como después de años de lucha, y a pesar de tener la gasolina más poderosa del mundo que es el amor de sus dos hijos y familia falleció, se despidió de éste mundo no porque Dios lo quisiera así, sino porque fue el destino, suerte o como lo quieran llamar, que le tocó vivir.

A todas las personas que lucharon y que luchan mi más sincera admiración,  porque a pesar de lo duro que es, no se rinden!

QEPD Maybelis.

Mi nombre es Kassem y Soy Zuliano