martes, 22 de diciembre de 2020

Deseos de Navidad

Buscando la melodía

Las situaciones adversas despierta la inventiva del ser humano, hace que la mente trabaje para conseguir soluciones, hace que seamos mucho más testarudos de lo que ya somos en condiciones normales, activa nuestro espíritu de supervivencia. No todos sabemos afrontar las situaciones complicadas que se nos presentan a lo largo de nuestras vidas, no todos tenemos lo que hace falta para ello.

He conocido mucha gente que ha pasado por momentos duros, realmente duros. Momentos que de seguro no son comparables con los que sufren a diario otras personas, pero siempre nuestros problemas parecen los peores del mundo aunque en el momento que los comparamos, es cuando de verdad nos damos cuenta de su magnitud.

¿Qué es lo que usualmente hacemos cuando el problema toca la puerta?, empezamos a pensar, le damos mil vueltas a la cabeza y en la mayoría de los casos no gastamos esa energía buscando una solución, sino pensando en lo que pudo haber sido y no fue, en lo malo que ocurrirá, en cosas negativas que no nos ayudan a resolver el problema, en cambio lo hacen más y más grande.

Mi abuelo cada vez que tenía un problema y le preguntaba qué estaba haciendo, me respondía con la misma frase..."Buscando la melodía mijo". Siendo un niño y adolescente no sabía que estaba citando el nombre de una canción que posteriormente en la voz de Gilberto Santa Rosa escuché, una canción que originalmente cantó Tito Rodríguez y que Santa Rosa homenajeó en el CD "A dos tiempos de un tiempo". La letra de la canción es una oda a no perder la esperanza, a seguir intentando, a luchar y buscar aquello que hace falta para continuar. Vendrán días sin color, noches oscuras y frías, pero porfía y no dejes de buscar la melodía.





Fantasma del futuro

Hace días estaba viendo Interestellar y me llamó mucho la atención una frase, que igual que al protagonista no di importancia en ese momento, pero que al escuchar detenidamente me pareció interesante compartir...

“Cuando naciste, tu madre me dijo algo que nunca entendí. Me dijo : Ahora estamos aquí para ser los recuerdos de nuestros hijos. Creo que ahora entiendo lo que quería decir. Cuando eres padre, eres el fantasma del futuro de tus hijos.”

El tiempo pasa tan rápido que no nos percatamos de lo que tenemos, somos y en lo que nos convertiremos. Un día tenemos juventud, nos creemos los reyes del mundo, nada puede con nosotros. Al otro día tenemos hijos y las cosas cambian, somos cautos, prudentes, vivimos pensando en su seguridad, que estén bien y que no les pase nada. Éramos adolescentes y ahora somos padres, como decía mi madre "Hijos sois, padres seréis", cada día retumba esa frase en mi cabeza.

Ser madre/padre es una tarea ardua y difícil, no se trata de complacer y ser permisivo para que no te vean como un ogro. Se trata de hablar, de aconsejar, de crear recuerdos e imágenes que perduren en sus memorias, para que el día de mañana si Dios y la naturaleza lo permite, poder tener hijos y transmitir este y muchos conocimientos más adquiridos a través de sus vivencias, convirtiéndonos en fantasmas del futuro.



Hermano

Mi tío Carlos no vivía en Maracaibo como el resto de mis tíos, venía para diciembre a pasar navidades y año nuevo con nosotros. La familia se alegraba con su llegada, mi abuela jugaba dominó solamente con el, no se sentaba con nadie más esperándolo. Mi mamá se emocionaba y a pesar que amaba a todos sus hermanas y hermanos, con mi tío Carlos tenía una afinidad especial, quizás fue porque como hermana mayor en una familia tan grande tuvo la responsabilidad de ayudar en su crianza, así como mi tía Liris y Marisela hicieron con los menores. 

Un día me contó una anécdota; a mi abuelo (su padre) que trabajaba en la industria petrolera, siempre lo cambiaban de ciudad. Durante su estancia en Mene Grande ("gran emanación de petróleo"), ciudad petrolera por excelencia y cuyo nombre pertenece al campo con el primer pozo productor de petróleo, el Zumaque I, mi mamá aún niña cargaba en brazos a mi tío Carlos, niño blanco y regordete, muy pesado para su edad, pero ella no se amilanaba y andaba con el para arriba y para abajo. Mi abuela los llamó para comer y mi madre salió corriendo, tropezó y se cayeron quedando impregnados de barro de pies a  cabeza, mi abuela al verlos no tuvo más remedio que darles un buen baño a ambos y al mismo tiempo un regaño a Gladys.

Mientras hablaba se notaba en sus ojos el cariño y amor hacia su hermano "tilifita", ese hermano que era como su hijo, que solo veía para navidades y esperaba con ansias.

Hoy muchos hermanos están lejos, separados, ausentes o cambiaron de plano, a todos ellos se les extraña y se les echa muchísimo de menos. Mi deseo es que pronto podamos estar juntos nuevamente...para todo ellos, aquí les va esta gaita.



¡Felices Fiestas!
Mi nombre es Kassem y Soy Zuliano.